El Día Mundial de la Obesidad es una fecha creada para generar conciencia en la población. Se ha convertido en uno de los problemas de salud pública más graves de la actualidad.
Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Obesidad. Se trata de un llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para alertar sobre los riesgos que presenta esta condición.
Nataly Durán, nutrióloga clínica y docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS), define a la obesidad como un aumento de grasa corporal por encima de parámetros normales.
“Los depósitos de grasa pueden establecer riesgos y determinar comorbilidades. Esto conlleva a un aumento no solo de la comorbilidad cardiovascular y metabólica, sino también de la mortalidad” explica la especialista. En ese sentido, la obesidad se considera un factor de riesgo de gran trascendencia como promotor de otras enfermedades.
Latinoamérica registra un notable incremento de las enfermedades crónicas no trasmisibles asociadas a estilos de vida no saludables. La obesidad merece especial atención, ya que es una enfermedad crónica y factor de riesgo de muchas otras enfermedades crónicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, así como varios tipos de cáncer.
La obesidad y el sobrepeso han alcanzado proporciones epidémicas. América Latina tiene la prevalencia más alta de todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud, con un 62,5% de adultos con sobrepeso u obesidad.
La epidemia no es ajena a los niños y adolescentes. En el grupo de edad de 5 a 19 años, el 33,6% de los niños y adolescentes están afectados por sobrepeso u obesidad, y el 8% de los niños menores de cinco años, según las últimas estimaciones de UNICEF, la OMS y el Banco Mundial.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente el 28% de la población boliviana sufre de obesidad. “Aproximadamente 3.6 millones de bolivianos estarían en condición de obesidad, lo que es realmente alarmante debido a las consecuencias que puede generar y lo que significaría para la salud pública” indica Durán.
La nutrióloga identifica los siguientes factores influyentes de obesidad:
– Hábitos Alimenticios Inadecuados como consumir alimentos ricos en calorías, grasas y azúcares y pocos nutrientes.
– Sedentarismo: La falta de ejercicio regular contribuye al aumento de peso.
– También se han reportado factores genéticos que pueden tener una predisposición a la obesidad.
– Factores sociales y culturales: el entorno, la educación y las normas culturales influyen en los ámbitos nutritivos.
¿Cómo pueden reducirse el sobrepeso y la obesidad?
El sobrepeso y la obesidad, así como las enfermedades vinculadas, pueden prevenirse en su mayoría. Son fundamentales entornos favorables que permitan influir en las elecciones de las personas, por una vida más saludable en materia de alimentos y actividad física periódica.
Para prevenir el sobrepeso y la obesidad, las personas pueden optar por:
La responsabilidad individual solo puede tener pleno efecto si las personas tienen acceso a un modo de vida sano. “También es necesario que se establezcan políticas de control para poder trabajar desde la prevención de esta enfermedad” recomienda Durán.
El 4 de marzo, Día Mundial de la Obesidad, representa una oportunidad valiosa para promover un entorno familiar que fomente el bienestar integral de todos sus miembros, abordando tanto la prevención como el tratamiento de la obesidad con información completa y acciones concretas.
Fuente: EL DEBER