Desde varios años atrás se ha estado alertando sobre los problemas ambientales que suceden cada vez con mayor fuerza en el departamento de Oruro, específicamente relacionado al agua, solamente recordar cuatro problemas graves que pueden generar eventos catastróficos en nuestra región.
Primero, la disminución permanente del volumen de agua en el lago Poopó; después de la muerte de millones de peces, miles de aves y haberse secado el lago, este ecosistema no se ha podido recuperar, se advirtió que el pasado año nuevamente llegó a sus niveles más bajos el espejo de agua, lo que puede suceder similar situación este año por la baja precipitación pluvial, es más se tiene información que en la zona sud del lago se encontró costras de sal de un espesor que preocupa, al parecer el lago Poopó empezó el proceso de salinización.
Segundo, las operaciones mineras tienen un impacto directo en los cuerpos de agua superficial y subterráneo, habiéndose encontrado vertientes u ojos de agua que ha vista de cualquier ciudadano no tienen problemas, pero cuando se analizan esas muestras contienen metales pesados. Pero las actividades mineras dentro la ciudad son aún más peligrosas aparte de que nos son tratadas esas aguas. Las mismas discurren por gran parte de la ciudad, pero el problema no solo se queda ahí sino que estuviera inundando por debajo de la ciudad.
Tercero, se cuenta con una planta de tratamiento de aguas servidas, pero al parecer no funciona con regularidad, además que el sistema de tratamiento es abierto por ello se advierte olores nauseabundos en toda la ciudad a ciertas horas del día y los efluentes llegan directamente al lago Uru Uru sin tratamiento, lo que ha convertido al lago en un receptor de toda materia sólida y líquida contaminada.
Cuarto, la ciudad de Oruro se abastece de agua para su consumo de Challapampita, Cala Cala y Paria, se ha advertido que la demanda del agua se ha incrementado por el crecimiento de la ciudad, por la necesidad de mayor consumo de los pobladores, además este último año por la presencia del Covid 19 (para higiene). No obstante, se está descuidando las regiones de donde se recarga los bolsones de agua; en la cuenca Soracachi ha crecido la frontera agrícola (cultivo de hortalizas) y las viviendas (más que todo las dispersas), hay presencia de algunas actividades industriales.
Sumado a todo lo mencionado, tenemos el problema en la disponibilidad del agua dulce que es vital para la seguridad alimentaria y la salud humana esencialmente. Consultando a especialista en el tema, han indicado que la solución debe ser encarada por las instituciones públicas de acuerdo a sus competencias de manera concurrente, abordando desde la planificación de la demanda y oferta del agua, políticas de forestación y reforestación, manejo de cuencas, sistemas de tratamiento de aguas servidas de acuerdo a la región, manejo integral del lago Poopó, sistemas de tratamiento de aguas ácidas, educación ambiental, entre otros.